dilluns, 19 d’agost del 2013

En memoria de las víctimas del accidente ferroviario.

Os extrañará que escriba ésta entrada ahora; casi un mes después de aquel fatal accidente.
No pude expresar mi homenaje en su día debido a que me encontraba de viaje y en aquel lugar no tenía ordenador.
Ese día, también habría querido hacer una entrada especial por ser 25 de Julio; el día grande del Apóstol y cuando planena llegar a Santiago la mayoría de los peregrinos.

Aquel 25 de Julio de 2013, en Casavieja; un tranquilo pueblo a los pies de la Sierra de Gredos, me disponía a desayunar y mi tía puso la tele.
Lo que vi fue devastador: La tarde - noche anterior había descarrilado un tren en Santiago de Compostela, con consecuencias nefastas: 77 muertos y 140 heridos.
La causa del accidente: Un fallo humano: El maquinista iba a 190 Km/h en una curva cuyo límite de velocidad es 80 Km/h.
Salió ileso y está muy arrepentido por el suceso.

En sólo unos segundos cambiaron para siempre las vidas de los pasajeros del tren, y de sus allegados; pero este accidente no afectó únicamente a los que iban en el tren y a sus familiares y amigos.
Afectó a todo el pueblo; que se lanzaron todos a ayudar en lo que pudieron, y afectó a los miles de peregrinos que llegarían a la mañana siguiente a Santiago; quienes también, haciendo a un lado las tradiciones, ayudaron y rindieron su homenaje. Para ellos, su Camino de Santiago fue diferente pero con ello se demuentra el lado más solidaio de las personas.

Yo también, desde aquí lejos; desde Lanzarote, quiero rendir mi pequeño homenaje y dar mi sentido pésame a todas las personas que hayan perdido a algún ser querido en ese accidente; y a los que hayan sobrevivido, desearles una pronta recuperación; ya que no quedan sólo heridas físicas, sino también secuelas a nivel psicológico.

A todos, ¡Mucha fuerza!